Quiénes Somos

La devoción a la Virgen en la ribera del río Júcar a su paso por Jorquera, bajo la advocación de Nuestra Señora de Cubas, lleva más de ocho siglos cumpliéndose por los jorqueranos. Poco después de la Reconquista cristiana de esta tierra (1211), que señoreaba el castillo almohade de Xurquera, se fundó una pequeña abadía rural en el paraje de Cubas, donde se gestó la devoción mariana, que con el tiempo se desarrolló, consolidó y extendió. Este fervor arrancó, pues, en el siglo XIII, consolidándose en el Medioevo. Al principio de los tiempos modernos, los vecinos de Jorquera la recogían en la Relación enviada a Felipe II (1579). A mediados del siglo XVII, la devoción había aumentado hasta el punto que se la nombra Patrona de la Villa y su Estado (1645), es decir, de la tierra o término del Concejo jorquerano, que comprendía trece pueblos a ambos lados del mencionado río, además de la propio Villa. En el siglo XVIII, las fiestas en honor de esta devoción mariana, habían arraigado tanto, que también se venía celebrando una representación de Alardes de Moros y Cristianos, que representaban dos compañías, recordando la pérdida de España y la expansión del Islam por la Península, particularizando este acontecimiento en la villa y tierra de Jorquera, y la posterior conquista castellana y conversión cristiana, como el definitivo repliegue musulmán hasta su expulsión; además, de la existencia en 1771 de una Hermandad de Nuestra Señora de Cubas, de la que apenas se conoce su existencia. Esta representación de nuestra Historia general y particular mediante dos actos o alardes de teatro popular en el que participa todo el pueblo de Jorquera, que se pierde en la memoria colectiva, se ha mantenido hasta nuestros días, pasando de padres a hijos.
Esta tradición festivo-religiosa se recoge a mediados del siglo pasado por la Hermandad de Moros y Cristianos de la Santísima Virgen de Cubas y, muy particularmente, por el Embajador cristiano, Sebastián García Pardo, quien junto al párroco, Felicísimo Pereda Lasso publicaban el texto de los Alardes, que conservaba la familia Andújar, y elaboraban además los Estatutos de esta misma Hermandad y de la Hermandad de Siervas de Nuestra Señora de Cubas, realizando una edición con todo ello (1964), que impediría en lo sucesivo perderse.

Hasta aquí el pasado más remoto y más reciente de la tradición mantenida por el pueblo de Jorquera con motivo de su devoción mariana. El presente lo lidera la Asociación Socio-Cultural de la Hermandad de Moros y Cristianos de Nuestra Señora de Cubas, que recogió en el presente siglo la antorcha de esta tradición festivo-religiosa, que es la seña de identidad del pueblo de Jorquera –y aún de su Tierra histórica- y el vínculo entre los jorqueranos, su pueblo y la madre espiritual de todos ellos, María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Cubas. Así, los jóvenes jorqueranos, junto a los menos jóvenes, han retomado la tradición de sus antepasados y, prácticamente, de la misma manera que se la inculcaron los mayores, la repiten año tras año, con el mismo fervor y entusiasmo que los primeros Embajadores moros y cristianos. La emigración jorquerana que, por otra parte, ha sido muy importante en los últimos años, acude también año tras año desde todos los rincones de la geografía española, para colaborar en mantener el voto realizado en 1645 por sus antepasados. Incluso, acuden nuevos devotos y festeros, y todos juntos, cumplen con esta devoción y una costumbre varias veces centenaria. De esta manera, del 21 al 23 de mayo, son días de encuentro, para recorrer las calles de la niñez, visitar a la familia y los amigos, volver a los caminos que se dejaron atrás, hacer rancho y visitar el santuario. Se llevan a cabo las mismas invocaciones de antaño y las mismas promesas: pedir por la salud y poder volver al año siguiente, que aquí llamamos “súplicas”; y vuelven a caer otras lágrimas.
Pero, el presente apuntala el futuro de este empeño comprometido colectivamente por un pueblo voluntarioso; porque, en las promesas de hoy está la continuidad de mañana, que se hace público el día 23 de mayo cuando se toman los oficios para el año siguiente bajo las banderas de las Compañías de los moros y cristianos, continuidad que va estrechamente unida al compromiso y la labor de los socios de esta Asociación Socio-cultural -que, prácticamente, integra todo los vecinos residentes en el pueblo y la mayor parte del emigrante- refundada con el fin de seguir conservando y difundiendo la cultura y el patrimonio histórico-monumental, además de esta antiquísima devoción religiosa y tradición inmemorial en honor de la Patrona de Jorquera, Nuestra Señora la Virgen de Cubas.